Nada en esta existencia tiene una naturaleza sólida… “Ana, no entendí eso, te enloqueciste” Mmm, ya te lo explico, espero no externderme (tanto, jajajaja).
En este torbellino loco que es la vida, tendemos a aceptar nuestras percepciones como verdades innegables (o solíamos hacerlo, dependiendo de cuánto hayamos reflexionado sobre estos temas).
Pero, ¿alguna has considerado que lo que ves (escuchas, percibes…) no es siempre lo que realmente es?
La realidad, como la percibimos, es una construcción única de nuestras experiencias, emociones y creencias. ¿Por qué única? Porque tú eres ÚNICX. Pareciera que todos estuviésemos en el mismo mundo experimentando las mismas cosas, pero NO, cada persona vive SU MUNDO.
Explorar la naturaleza ilusoria de la realidad puede llevarnos a una comprensión más profunda y una forma renovada de ver esta existencia.
¿No sé si has notado cómo dos personas pueden experimentar la misma situación de manera completamente diferente? Esto se debe a que nuestra mente actúa como un filtro, unas gafas, que colorean o nos muestran la realidad según nuestras interpretaciones y emociones.
Lo que vemos no es siempre lo que es, sino lo que nuestra mente interpreta en función de nuestros antecedentes y expectativas. Sí, nuestro pasado… Podría decirse que siempre vivimos en el pasado porque, incluso, tus expectativas están construidas a partir de lo que ya conoces (aunque no lo tengas o no lo experimentes), pero esto es un tema del que podríamos hablar en otro artículo.
Sigamos. Este fenómeno puede ser muy liberador o extremadamente limitante si no somos conscientes o si no estamos presentes para “darnos cuenta”. Porque, por un un lado, nos permite percibir belleza y significado en lo que nos rodea. Por otro lado, también puede cegarnos ante las posibilidades y mantenernos atrapados en patrones de pensamiento muy rígidos… o dogmas personales (estos no solo existen en las religiones o corrientes de pensamiento).
Todos contenemos dogmas personales. Solo ponte a reflexionar en todo aquellos pensamientos o creencias que consideras no negociables o que jamás has puesto en duda.
Y está bien, no pasa nada con ellos, ya te dije, se trata de consciencia. La consciencia nos permite mantener la mente abierta y ver todo como una posibilidad. La consciencia nos ayuda a evitar la cristalización de esas verdades y el aferramiento a ellas. Muchas estas se van cayendo solas.
Ahora, ¿cómo podemos desafiar esta ilusión? Aquí hay algunas preguntas poderosas para reflexionar y traer consciencia:
¿Qué suposiciones estoy haciendo? Cuestiona las ideas preconcebidas que pueden estar influyendo en tu percepción de la realidad. ¿Estás viendo lo que está allí o lo que esperas ver?
¿Cómo afectan mis emociones a lo que veo? Reconoce cómo tus emociones pueden influir en tu interpretación. ¿Estás viendo la situación a través de un filtro de miedo, ansiedad, confianza…?
¿Hay otras perspectivas posibles? Amplía tu visión considerando diferentes puntos de vista. ¿Cómo podría interpretar esta situación alguien con experiencias y creencias diferentes?
¿Qué pasa si dejo de aferrarme a mis creencias? Imagina soltar tus creencias arraigadas por un momento. ¿Cómo cambia tu percepción de la realidad?
¿Cómo puedo practicar la observación imparcial? Intenta observar tus pensamientos y emociones sin juicio. ¿Cómo afecta esta observación a tu percepción de la situación?
¿Qué significa esto para mi crecimiento personal? Reflexiona sobre cómo cuestionar la ilusión de la realidad puede contribuir a tu crecimiento y comprensión personal.
Aquí la idea no es que desconfíes de tus sentidos, ¡ni más faltaba! Ellos son maravillosos, son la ventana que tenemos para relacionarnos con la belleza de este mundo. La invitación es a abrirnos a “ver” más allá de lo que vemos o percibimos con los sentidos.
Al hacerlo, podemos descubrir otros significados, darle rienda suelta a la curiosidad para contemplar la riqueza y complejidad de esta existencia.La realidad es un lienzo en el que su contenido puede ser cualquiera y, además, puede cambiar de manera constante porque esa es tu naturaleza: evolución.
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